¿CRISIS DE LA DEMOCRACIA?
José Vidal Beneyto en una serie de artículos nos habla sobre el descrédito de la "democracia". Un descrédito que va acompañado por una lucha en el terreno de las ideas: el triunfo de los distintos fundamentalismos, la vuelta a la pseudociencia y a la superstición. Por utilizar las terminología de E. Fromm podríamos referirnos a un cierto "miedo a la libertad", que hoy vemos vinculado a un cierto "miedo a la igualdad".
Ya en la década de los 70 del siglo pasado, despues del mayo 68, se hablaba de lo mismo. Comenzaba el asalto de la ideología "neoliberal" que pretendía la vuelta al "mercado puro". Pero para esto era preciso que desaparecieran todos los obstáculos que impedían el desarrollo de dicho "mercado". Se iniciaba el asalto al Estado de Bienestar. El gobierno en la sombra [la Trilateral] defendía que había que terminar con determinados derechos, criticaba la democracia porque era el gobierno de la "chusma". Para aquellos la democracia "solo significa que el pueblo tiene la posibilidad de aceptar o rechazar a los hombres que deben dominarlos". Como ya decía Platón para gobernar es necesario saber, conocer y la chusma no tiene los medios para conocer. ¡Pero por si acaso es preciso impedir que llegue a conocer! La chusma se basa en el instinto nunca en la virtud. ¿Pero qué es la virtud? Pertenecer a la élite, a la jerarquía
Después vino la derrota del stalinismo. La izquierda se queda sin referente, se abraza el ecologismo, se abanodona el reformismo o incluso se acepta las tesis económicas del neoliberalismo: ¡la igualdad es un mito! Mientras tanto la "burocracia stalinista" se convierte en una nueva burguesía mafiosa que se apropia de la propiedad colectiva y que incluso abraza el nacionalcomunismo -como paso en la ex- Yugoslavia- llevando a la barbarie y a la limpieza étnica.
Pero a comienzos del Siglo XXI todavía tenía que ocurrir algo. El neoliberalismo norteamericano al quedarse sin el Otro necesita buscar un nuevo enemigo que le permitar seguir dominando y continuar jugando a las "guerras". He aquí que los ideológos (los intelectuales orgánicos) encuentran un nuevo arsenal: la guerra de civilizaciones. El bueno tiene la fe y pretende "liberar" e importar la "democracia". Pero el frankenstein que él entrenó y financió para luchar contra el "comunismo" se rebela y propugna el terrorismo. Ya se tiene la ideología que permite ir a por las materias primas.....
Y en las metrópolis que se tiene. Se rebajan los derechos, ya no son posibles los derechos económicos y sociales. El trabajador se convierte en un "trabajador pobre". Y la libertad comienza a dejar paso a la "seguridad". Se individualizan las relaciones sociales y por tanto los sindicatos no son más que un obstáculo más......
La democracia para esta burguesía deviene una cáscara vacía, que sólo sirve para determinados intereses [los de la élite]. Una democracia que incluso se convierte en una enorme burocracia que nos recuerda a los análisis que hicieron algunos sociólogos en la antesala de los fascismos.
Javier Méndez-Vigo
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